No fue el incendio

Son las 4.19 pm del día 10 de marzo y los números parecen no terminar de aparecer, no paran de aumentar, hasta ahora 37 niñas han muerto. 

17 niñas en estado grave.

150 niños y niñas trasladados a otros hogares seguros necesitan camas, ropa y comida, se necesitan psicólogas.

4 niñas menores de 17 años embarazadas fueron trasladas a otro refugio. 

36 horas después, finalmente el presidente se pronuncia, respondiendo vagamente a sólo 2 preguntas.

1 sola destitución de un funcionario público.

Decenas de comunicados solidarizándose con las familias y pidiendo la verdad sobre los hechos ocurridos el 8 de marzo, sobre el incendio en un Hogar Seguro Virgen de la Asunción en donde permanecían más de 600 niñas en un lugar acondicionado para no más de 200 niñas y adolescentes que el Estado había rescatado de situaciones de violencia incluyendo violencia sexual. 

A estos números se suma 1 resolución de la Procuraduría de Derechos Humanos con fecha de 2016 pidiendo el cierre de ese hogar seguro a consecuencia de las múltiples denuncias sobre abusos y violaciones sexuales.

Los números pueden revelar la inoperancia, la indiferencia y la ineficacia de un sistema que ha dejado a las niñas y adolescentes olvidadas históricamente, también puede revelan la incapacidad que tiene el gobierno de resolver cualquier cosa, con estos números también se puede relacionar que no fue un accidente o travesura de niñas mal portadas. 

No fue una simple molestia de las niñas lo que las llevo a manifestar, fue la desesperación de comprobar que nadie, ni quienes debían protegerlas, ni la sociedad ni el Gobierno les proveyeron de lo más esencial para vivir dignamente. Las condiciones para que esa madrugada el fuego consumiera la vida de las niñas se fueron articulando una por una hace años. El Estado de Guatemala hoy ha comprobado que es misógino, porque a las niñas y adolescentes del Hogar Seguro Virgen de la Asunción no las quiso ver, las atendió porque no le quedaba de otra, no las quiso oír, las encerró, ellas denunciaron y no les creyó, ellas protestaron y cerro el portón con candados, ellas gritaron y no las escuchó.

Por los más de 700 femicidios que ocurren en Guatemala al año y quedan en la impunidad por las 37 niñas que hoy nos faltan y por las otras que en este momento luchan por su vida en un hospital. Exigimos justicia, porque ellas no son, no serán otro número más.

Nos faltan 37, que nadie las olvide. 

#FueElEstado